Mi experiencia con la copa menstrual

Desde hace varios años empecé a cambiar ciertos hábitos en mi rutina diaria que me permitieran ser más consciente sobre el medio ambiente, pero sin que tuviera que esforzarme mucho en hacerlo, pues veía la sostenibilidad como una meta inalcanzable a corto plazo. Poco a poco fui comprando cepillos de dientes de bambú, productos naturales para el cuidado de mi piel, botellas de vidrio en vez de plásticas y así, hasta que un día, hice el mejor descubrimiento que me cambió mi vida por completo. 

 

¨Sí, me aventuré en esta experiencia pensando en que sería lo mejor para el planeta, pero en el camino descubrí que realmente es lo mejor para mí¨

Carolina Bejarano Barrera, 2020

Seré muy honesta al respecto: al principio no fue fácil. Aunque hablar de la menstruación con mis amigas nunca fue un problema, ninguna había probado la copa para ayudarme a entender cómo funcionaba, qué iba a sentir, si era seguro para mi cuerpo, en fin, mil preguntas que me hice con tan solo mirarla en internet. Lo primero que hice fue buscar información y mirar videos en youtube de mujeres que ya se habían atrevido a usarla, la verdad fue de bastante ayuda; sin embargo, cuando vi el precio, volví a tener mis dudas al respecto, pues para una estudiante de tiempo completo, 90.000 sonaba como una inversión que no estaba tan segura se debía hacer.

Un día a punto de desmayarme del cólico, leí un blog en donde decían que los dolores menstruales se disminuían con el uso de la copa y que, además, su vida útil de 10 años reemplazaba aproximadamente 38.4 kilos de basura provenientes de 1920 toallas higiénicas usadas por una mujer en ese periodo de tiempo. Esos dos datos me convencieron y a hoy, no me arrepiento de haberla comprado.


Cada mujer es diferente, pero desde mi experiencia, quiero contarles que ya no sufro de cólicos tan fuertes, de hecho, ¡ni volví a tomar pastillas para lidiar con ellos! Desde del primer mes que usé la copa, me reconecté con mi feminidad, con mi cuerpo, dejando a un lado el tabú que envuelve a la menstruación y me sentí verdaderamente feliz y agradecida por ser mujer. Entendí que nuestro ciclo es vida, es algo único y súper poderoso que nos permite crear, transformar, contactar con nuestro entorno, con la naturaleza.

Sí, me aventuré en esta experiencia pensando en que sería lo mejor para el planeta, pero en el camino descubrí que realmente es lo mejor para mí. Desde el amor incondicional que me tengo, quiero que más mujeres se atrevan a hacer el cambio para vivir lo que, desde mi punto de vista, ¡ha sido el mejor momento de ser mujer! 

 

Autor: Carolina Bejarano Barrera

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